Durante nuestra estancia en el IMI Hotel Spa sufrimos un hurto dentro de la habitación, en una franja horaria muy concreta coincidiendo con la entrada del personal de limpieza. Al regresar, descubrimos que habían desaparecido una tablet, unos auriculares y varios décimos de lotería, todos ellos colocados en la mesilla de noche. Tras notificar el hecho en recepción esa misma noche, el personal se limitó a decirnos que no podían hacer nada hasta el día siguiente. Al insistir en que revisaran las cámaras de seguridad (claramente anunciadas en carteles por todo el hotel), nos informaron de que las cámaras no graban absolutamente nada porque no tienen disco duro instalado, a pesar de que una de ellas apunta directamente a la puerta de nuestra habitación. Esto supone un engaño a los clientes y una grave negligencia en materia de seguridad. Además, no recibimos ningún tipo de colaboración por parte de la gestión del hotel, ni se nos ofreció ayuda real para esclarecer lo sucedido. Hemos tenido que presentar denuncia formal ante la Policía Nacional, ya que todo apunta a que el hurto solo pudo haberse producido por alguien con acceso autorizado. En resumen: este hotel anuncia medidas de seguridad que no existen, no asume responsabilidades, y gestiona los problemas de forma pasiva e ineficaz. No solo se pone en riesgo la comodidad del cliente, sino también sus pertenencias. No volveremos jamás y desaconsejamos completamente alojarse aquí
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