Hicimos una reserva para 4 noches. Avisamos por correo que tardaríamos en llegar, por la hora del vuelo y el tiempo en llegar desde aeropuerto al centro (que para nuestra desgracia tenían nuestra línea de tren interrumpida justo ese día y nos desviaron). Nada más llegar, la chica nos medio regaña por la hora en que llegamos y nos dice que casi nos dejan en la calle, que ya estaba recogiendo para irse (no hay asistencia las 24hrs y el teléfono que tienen anotado sale apagado/fuera de cobertura). Pero en ningún momento recibí ningún correo ni ninguna llamada de su parte. Alegaba que solo les aparecía el teléfono de Destinia (web donde hicimos la reserva), pero sí que tenían mi correo electrónico. El hostal se encuentra muy próximo a cine Capitol en Gran Vía, por ubicación la verdad que genial. Desde ahí puedes caminar al centro o moverte en metro, tienes las paradas de Santo Domingo, Callao y Gran Vía cerca. Se encuentra en la segunda planta de un edificio de unas 4plantas. El portón de la entrada cuesta un triunfo abrirlo cuando llegas cargado con maleta, chaqueta, bolso y demás. Hay un pequeño tramo de escalera para acceder al ascensor (a tener en cuenta personas con movilidad reducida), ascensor minúsculo en el que una persona de constitución grande se vería agobiado. Al salir del ascensor en la segunda planta es la puerta de la izquierda. Una vez dentro es un pasillo con varias puertas (cada una de las habitaciones del hostal), decoradas con vinilos. La habitación presenta un pequeño sócalo, que si vas despistada ni lo ves. Es una habitación de tamaño estándar, con un minúsculo baño de 1 metro cuadrado de puerta corredera, sin armario, solo una repisa + barra tipo perchero con 4 perchas. Con un vinilo muy llamativo, a nuestro parecer un poco recargado. Con ventana tipo balcón que da a la calle, con persiana. Dispone de calefacción que hace muy agradable la estancia en la habitación. Un pequeño televisor colgado en la pared, para aprovechar el espacio. El colchón y almohadas, muy cómodas, la verdad que se dormía bien, a excepción de los ruidos de la calle y de las habitaciones de al lado. El baño es mini, tienes que hacer malabares para poner un neceser e incluso para ducharte (aunque no es ducha, sino minibañera), con escasa luz en su interior. No dispone de secador de pelo en la habitación, pero es cierto que al solicitarlo, la chica nos prestó uno y nos dijo de dejarlo en la habitación durante nuestra estancia. Hacen limpieza de la habitación cada 2 días, pero el día que limpiaron en nuestra habitación únicamente hicieron la cama, porque ni cambiaron sábanas, ni toallas ni tan siquiera barrieron, ni repusieron papel higiénico. En el interior de la puerta de la habitación, un cartel informa, que se cobrará 20€ por cada toalla desaparecida o deteriorada por maquillaje, grasa o tinte.. 20€?? Yo soy una persona cuidadosa con mis cosas y aún más con las ajenas, pero leer eso, suena como mínimo amenazante y abusivo. Nuestra experiencia con el
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