Íbamos mi pareja, mi perra y yo. Todo listo para pasar una semana en la playa donde creíamos que lo íbamos a tener todo. Nuestra sorpresa la encontramos al llegar al lugar. Estuvimos una noche y al día siguiente nos marchamos. La primera impresión fue de completo abandono tanto en los alrededores como en los propios alojamientos. Disponen de una gran cantidad de espacios, la mayoría de los inertes, devastados y desatendidos. Pero lo mejor fue la estancia en la cabaña. Hacia mucha calor y pedimos a Carmen un ventilador que nos dio llenísimo de polvo y asqueroso (repartía gérmenes más que dar aire). Tras eso observamos un poco las instalaciones a fondo y vimos que el césped estaba podrido con muchísimas lombrices (algo preocupante para nuestra perra), la madera en el mismo estado y en general todo. Los sofás de mimbre podridos, *****s y con bichos que los recorrían por fuera y por dentro. El hule de la mesa ***** con telas de araña y huevos de insecto. El frigorífico oxidado, el somier de la cama amarillo, la vajilla sucia… y bichos por todas partes. Mi perra cogió garrapatas aún llevando su collar y todo en regla. En fin, el peor día de mi vida sin duda, además habíamos hecho 500km de viaje para eso… deprimente y Carmen pretendía que yo explicara a la persona de la limpieza QUÉ HABÍA QUE LIMPIAR. Se quedó con la fianza, es decir, pasar la noche nos costó 100€. Los 100€ pero invertidos nunca en unas vacaciones, puesto que en ese estado pasar la noche así no los vale. Pasamos muchísima calor. No hay aire, los mosquitos nos comían en todas partes. Espero no se lleven la misma sorpresa que nosotras.
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