Hotel Biosostenible Jardín del Río Cuervo

El ambiente nos pareció relajante y agradablemente campestre. El hotel tiene el aspecto de una pequeña aldea, con edificaciones aisladas incluyendo numerosos elementos de madera y decoración agradable y práctica. Están situadas en un precioso jardín al que se debe el nombre de Hotel Jardín del Río Cuervo, magníficamente cuidado y que contiene una gran variedad de plantas, arbustos, árboles y flores, que le dan aspecto de jardín botánico, por el que vale la pena pasear y entretenerse. El personal es muy atento y de trato agradable, y la comida, muy sabrosa, con platos típicos de la Serranía. La casa que ocupamos, de dos plantas para cuatro personas, era confortable, con un comedor y salón con televisión en la planta baja. Visitamos el Nacimiento del Río Cuervo y también los frondosos bosques cercanos con sus riachuelos y cascadas, de gran riqueza natural, a pesar de la reducción de caudales por la sequía y la época estival. Por último, disfrutamos inesperadamente de una agradable experiencia de observación astronómica desde las propias instalaciones del hotel. A pesar de existir viviendas cercanas, la contaminación lumínica era muy reducida y pudimos observar muchos objetos astronómicos de extrema debilidad. Nuestra experiencia fue sumamente grata y consideramos al hotel totalmente recomendable.

El sitio es bonito, el dueño nos ha asesorado muy bien sobre las zonas a visitar y la cocina es espectacular, comida casera hecha con mucho gusto. Muy próximo al nacimiento del rio Cuervo. Casi seguro que repetiremos.

No volvería, es un lugar en medio de la nada por el que te cobran cualquier mínimo detalle. El apartamento de dos personas está adaptado para diversidad funcional, esto no se informa y tiene sus inconvenientes. Elegimos el lugar porque tenía cargador de vehículos eléctricos pero fue un error ya que lo tenían limitado a la mitad de su potencia y costaba tres veces más que cargar en Cuenca.